sábado, 27 de julio de 2019

El Cortisol

Hola amig@s de Blog Haciendo Deporte. Aquí os traemos una nueva entrada en este vuestro blog deportivo. Hoy abordaremos una de las hormonas más estudiadas en el ámbito deportivo por el impacto fisiológico que genera. Hablaremos del cortisol. 


En primer lugar debemos presentar a nuestra hormona. De esta manera, Cortés-Romero (2011), nos aporta la siguiente información: 

  • La hormona cortisol es el principal glucocorticoide en humanos. 
  • En individuos saludables la secreción de cortisol es de 10 a 20 mg diarios y está bajo el control de un ritmo circadiano (mediado por la actividad del núcleo supraquiasmático).
  • Las acciones del cortisol son mediadas por los receptores glucocorticoide (GR) y mineralocorticoide (MR), ambos pertenecientes a una superfamilia de receptores nucleares relacionados con la regulación de la transcripción de genes.

Aproximadamente, 15% del cortisol total utiliza albúmina como transportador, también de síntesis hepática. Sólo una fracción menor del cortisol sanguíneo total se encuentra no unido a proteínas y es denominada fracción libre de cortisol (Figura 1) (Guerrero, 2017). 



La presencia de cortisol activa la expresión de las enzimas esenciales para la gluconeogenesis, facilitando el aumento de producción de glucosa. Por otro lado, también estimula la síntesis de glucógeno en el hígado, lo que hace que disminuyan los niveles netos de azúcar en la sangre. Por lo tanto, el cortisol regula minuciosamente el nivel de glucosa que circula a través del torrente sanguíneo (Palacios et al., 2017). El cortisol es la hormona principal del estrés cuyas acciones a corto plazo son esenciales para la vida, pero su exceso a largo plazo es dañino porque se produce una falla total del organismo y disminuye la capacidad corporal de resistencia (Camargo, 2001). 

Si bien es importante que las glándulas suprarrenales secreten más cortisol en respuesta a estrés psíquico o físico, también es fundamental que los niveles de cortisol vuelvan a los valores basales una
vez termine el evento traumático. Por desgracia, en el caso de algunos atletas, la respuesta al estrés debido a un ejercicio intenso está activada tan a menudo, que las vías metabólicas no siempre tienen la oportunidad de volver a una situación normal. Esto puede conducir a problemas de salud, como pueden ser el estrés y la fatiga crónicos. (Palacios et al., 2017). 

Un tipo de muestra muy utilizado para medir el cortisol es la saliva. Los niveles de cortisol en saliva post-ejercicio, comparado con los niveles pre-ejercicio, son significativamente diferentes en función de la intensidad de dicho ejercicio (Garcin et al., 2002). 



Además de la intensidad, otro factor que puede afectar a la respuesta del cortisol en saliva es el nivel de entrenamiento del sujeto (Fry et al., 2000). Atletas altamente entrenados muestran una correlación inversa significativa con el rendimiento neuromuscular. Kraemer et al. (2004), a través de su estudio sobre los niveles de cortisol en jugadores de fútbol, han mostrarlo que atletas que al inicio de la temporada tenían niveles altos de cortisol mostraban una mayor tendencia a empeorar en su rendimiento a lo largo de toda la temporada. 

Para entender la variación del biomarcador cortisol durante un día, observamos la tabla de Kargarfard et al., (2018). En ella, se aprecia el cambio según tramo horario de la concentración de cortisol en jugadores jóvenes de fútbol. 



Altos niveles de cortisol pueden producir hipertensión, debido a la retención de sodio y excreción de potasio, además de incrementar el apetito, produciéndose en algunos casos el aumento aumento de peso. En cambio, son necesarios unos determinados niveles por sus efectos antiinflamatorios (Ramos-Domingo, 2017). 
Por ello, es necesario llevar un control correcto de este biomarcador. De esta manera, Ramos-Domingo (2017) y Probiótico (2015), nos recomiendan los siguientes consejos para evitar altos niveles de cortisol:

  • Dormir ocho horas todas las noches para la renovación y recuperación celular.
  • Llevar una vida activa con la realización de práctica deportiva
  • Hacer los correctos y necesarios descansos, es decir, días de descanso entre los entrenamientos.
  • Eliminar la cafeína de la dieta. 
  • Hacer ejercicio regularmente para generar masa muscular y aumentar la producción de serotonina y dopamina, sustancias químicas del cerebro que reducen la ansiedad y la depresión.
  • Mantener los valores de azúcar en sangre estables. 


¡¡ Esperamos que os guste amig@s !!


Bibliografía

  • Camargo, B. (2001). Estrés, Síndrome general de adaptación o reacción general de alarma. Revista Médico Científica, 17(2), 78-86. 
  • Cortés-Romero C. E. (2011). Estrés y cortisol: implicaciones en la memoria y el sueño. Elementos 82, 33-38.
  • Fry, A. C., Kraemer, W. J., Stone, M. H., Koziris, L. P., Thrush, J. T., & Fleck, S. J. (2000). Relationships between serum testosterone, cortisol, and weightlifting performance. Journal of Strength and Conditioning Research, 14(3), 338-343.
  • Garcin, M., Fleury, A., & Billat, V. (2002). The ratio HLa: RPE as a tool to appreciate overreaching in young high-level middle-distance runners. International Journal of Sports Medicine, 23(01), 16-21.
  • Guerrero, J. (2017). Para entender la acción de cortisol en inflamación aguda: una mirada desde la glándula suprarrenal hasta la célula blanco. Revista Médica de Chile, 145(2), 230-239.
  • Kargarfard, M., Amiri, E., Shaw, I., Shariat, A., & Shaw, B. S. (2018). Concentraciones salivales de testosterona y cortisol. Puntuaciones de sobreentrenamiento como indicadores de síndrome de sobreentrenamiento entre jugadores de fútbol de élite. Revista de Psicología del Deporte, 27(1), 155-160.
  • Kraemer, W. J., French, D. N., Paxton, N. J., Hakkinen, K., Volek, J. S., Sebastianelli, W. J., ... & Vescovi, J. D. (2004). Changes in exercise performance and hormonal concentrations over a big ten soccer season in starters and nonstarters. Journal of Strength and Conditioning Research, 18(1), 121-128.
  • Palacios, G., Pedrero-Chamizo, R., Palacios, N., Maroto-Sánchez, B., Aznar, S., & González-Gross, M. (2015). Biomarcadores de la actividad física y del deporte. Revista Española de Nutrición Comunitaria, 21(Supl 1), 235-242.
  • Probiótico. (2015). http://www.mundobacteriano.com/seis-consejos-para-eliminar-la-hormona-del-estres-el-cortisol/. 
  • Ramos-Domingo, M. (2017). Cortisol y deporte. http://sextoanillo.com/index.php/2017/08/14/cortisol-y-deporte/