¿Qué es la periostitis?.
La periostitis es también llamada periostitis tibial o síndrome de estrés medial de la tibia (MTS). Es una afección bastante común en atletas, saltadores, corredores populares y personas que inician un entrenamiento sistemático para presentarse a unas oposiciones.
¿Qué significa periostitis tibial?.
Para comprender lo que significa periostitis debemos saber primero lo que es el periostio. El periostio, Peri = alrededor; Ostio = hueso, es una capa que envuelve al hueso, en este caso a la tibia. Al periostio llegan los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas que nutren al hueso, de ahí su sensibilidad. Más concretamente, es una membrana de tejido conectivo muy vascularizada, fibrosa y resistente, que cubre al hueso por su superficie externa excepto en lugares de inserción de ligamentos, tendones, y superficies articulares.
A esta capa se pegan los músculos, que en el caso de la tibia serán el gemelo, soleo, tibial posterior, flexor de los dedos, y tibial anterior, que usamos en la práctica de la carrera. Encima de ella tenemos una capa de grasa y por último, la piel.
En concreto, el dolor es el resultado de la tracción que ejercen los músculos que se unen a la tibia sobre ella.
Así pues la periostitis es una inflamación aguda o crónica del periostio.
Causas más frecuentes.
• Las vibraciones causadas por los entrenamientos repetitivos.
• Las tracciones excesivas sobre las zonas de inserción de los músculos sobre el periostio, cuyo
origen pueden ser las rigideces musculares o los apoyo incorrectos.
• Deficiencias biomecánicas.
• Los traumatismos repetitivos directamente sobre el periostio en la cara anterior de la tibia.
• El exceso de entrenamiento, rodajes sobre superficies demasiado duras, demasiadas cuestas y horas por terrenos irregulares.
• Zapatilla inadecuada.
Cómo prevenirla.
Es muy importante seguir una serie de pautas si no queremos padecer esta engorrosa lesión, que nos va a limitar nuestro rendimiento.
• Un entrenamiento a principio de temporada no progresivo.
• Evitar la acumulación de kilómetros próximos a una competición.
• Establecer bien los periodos de descanso, que se integran en la planificación del entrenamiento.
• No correr en el mismo circuito siempre con los mismos giros y en el mismo sentido.
• Es primordial el estudio de la zapatilla adecuada y en caso de llevar plantillas que sean las correctas.
• La realización de estiramientos tras el calentamiento suave (tensión activa) y después del entrenamiento o carrera (pasivos).
Conociendo éstas, nos resultará mucho más fácil actuar de forma correcta y evitar la aparición de la lesión.
Os recordamos que una vez haya aparecido la lesión debemos:
• No realizar la actividad que nos haya producido la lesión o bien hacer un cambio de actividad, evitando sobre todo los movimientos repetitivos (cíclicos) y con impacto sobre nuestras articulaciones y/o con cambios de dirección bruscos (correr, saltos, pádel, tenis, fútbol, …).
• Tratamiento de crioterapia en los primeros 3-5 días. (Podemos leerlo en el artículo anterior de esta sección).
• Tratamiento de fisioterapia (manipulaciones y vendajes compresivos y/o funcionales).
• A menudo que se reduzcan las molestias retomaremos nuestros entrenamientos reduciendo en gran medida tanto el volumen como la intensidad de los mismos.
Para que el artículo no se haga tan largo y pesado, si estás interesado en ejercicios específicos para la recuperación de esta lesión, ponte en contacto conmigo mediante el correo: mfalpri@hotmail.com.
NOTA: siempre que aparezca algún tipo de lesión es conveniente visitar al responsable sanitario pertinente.
Espero que os sirva. Un saludo.